Puerto Madryn, junio de 1914

¡Queridos Padres!

            ¿Cómo les irá a ustedes? A nosotros nos va bien y con novedades. Existe la posibilidad  que la firma mande a Rudolf a Santa Cruz, ahí ganaría 15 % en vez de 10 % sobre las ganancias. En tal caso iríamos en agosto.

            Pero es muy probable que nos quedemos en Madryn. Para nosotros también sería mejor pero hay que pensar que vinimos a América para ganar bien. Si nos quedamos en Madryn la firma pone a Rudolf un automóvil a su disposición. Así es más fácil hacer los viajes al campo. En agosto tiene que ir a la sucursal de Ñorquinco. El gerente de ahí se va y Rudolf tratará de que el esposo de Else, Willy Oetken, lo sea. Ganaría cuatro veces más de lo que gana ahora. Nosotros nos alegraríamos por Else.

            Para mí sería una pena si Else se va de Madryn, pero para ellos es mejor. Ahí en Ñorquinco es muy solitario, pero ya se va a acostumbrar.

            La visita del Sr. Gómez nos trajo mucha alegría y nervios. Yo ese día tenía mucho que hacer y además tenía una sirvienta nueva. A la mañana desayuné con Rudolf y luego tuve que volver a desayunar para hacerle compañía al Sr. Gómez ya que Rudolf se había ido al trabajo. Luego tuve que hacer el almuerzo, sopa, dos platos de comida diferente y postre, y de noche igual.

            La ayuda que tengo es una rumana de 40 años, se llama Sofía y no habla el castellano. Espero que lo aprenda pronto.

            Sin más por hoy reciban un beso de vuestra hija

Frida.