miércoles, 7 de diciembre de 2011


Puerto Madryn, 23 de mayo de 1914


Queridos Padres:

            ¡Espero que al recibir esta carta estén bien de salud! Les cuento que ahora tengo una nueva ayuda. Se llama Sofía y es húngara y no habla ni una palabra de castellano. Usa siempre su vestido típico. Ella es muy trabajadora y agradable. Pobre, no sabe ni leer ni escribir, y no entiende el reloj. Ojala se acostumbre y la tenga para bastante tiempo. Ella lava toda la ropa y gana 90 pesos por mes. Vive y come en casa.
            Anoche Rudolf regresó a las 12 de la noche del trabajo y me trajo la carta del cumpleaños de mi querida hermana Adele. ¡Qué linda es la fotografía del Restaurante de Hermann!
            Yo hace muchísimo que no recibo correspondencia. Ojala les haya ido bien en vuestro viaje a Hamburgo. ¿Cuánto tiempo se quedaron en Hamburgo? Pero claro, Papá no tenía nada que hacer en Curau.
            Y, ¿lo pensaron en venir a visitarnos a América? Esa señora española que vino a visitar a sus hijos ya regresó a su país. Dice que si Puerto Deseado fuese tan lindo como Madryn, le hubiese gustado quedarse más tiempo.
            En el último tiempo hemos tenido muchas visitas. Ahora están viniendo todos los vendedores de ropa. Rudolf y yo hemos trabajado mucho últimamente y hemos comprado mercadería por 45.000 pesos. ¡ Las modas son horribles y encima que colores !!. El domingo trabajamos todo el día eligiendo mercadería. De noche vinieron a cenar los de Oetken y luego jugamos a las cartas.
            Bueno queridos, más no tengo para contarles. Que les vaya bien y reciban nuestro cariño principalmente tú Mamá ¡para tú cumpleaños!
            Nosotros engordamos una pavita y mañana 24 de mayo la comeremos con Else Oetken y su hermano Hans. ¡Vengan ustedes también!!
            Besos de vuestros

Madrynenses.

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