Buenos Aires, 24 de marzo de 1920
¡Mi querido Papá !
Recién llegamos a Buenos Aires y ya recibí tu querida carta del 21 de febrero, la cual llegó muy rápido y tus líneas me causaron una gran alegría.
Yo por ahora estoy sola en Buenos Aires con mis cuatro hijos y Sofía, la rumana que los cuida. Rudolf no pudo terminar con su trabajo hasta la salida del barco y como somos tan amigos con el Capitán, nos habían reservado el gran camarote de lujo que no pudimos rechazar.
Aunque el mar estaba inquieto, y Rodolfito, mis otros tres hijos y Sofía se marearon muchísimo. Llegamos bien a Buenos Aires. Estamos en un Hotel y yo estoy buscando una vivienda. Quisiéramos vivir en un barrio y con jardín. ¡Te imaginas Papá los ojos que pusieron los chicos cuando vieron tantas casas, árboles, tranvías, etc ! ¡Parecían borrachos de tanto mirar!
Dos días después de mi llegada la familia Gómez me buscó con toda la familia para pasar el día en su casa. El señor Gómez es el Director de la Sociedad Anónima Imp. y Exp. de la Patagonia, donde trabajaba Rudolf y el esposo de Else. Ellos son muy ricos y tienen un palacio en Belgrano. Nos buscaron en su auto particular, almorzamos ahí y nos quedamos toda la tarde. Son personas simpatiquísimas y adoran a nuestros hijos.
Espero que Rudolf llegue pronto así tengo mi propia casa. Un hotel no es lo ideal para los chicos y además cuesta una fortuna.
Querido Papá, cuando esté tranquila le escribiré al tío Detrev. Espero muchas noticias de mis hermanos, ¿quizá fueron a Puerto Madryn?
Querido Papá, como me apena lo que le pasó a Lisbette Dittmann, ella era siempre más grande y más fuerte que yo.¡ Pobres hijitos ! Hoy te mando té, Papá, y a Adele, canela y pimienta, ya que dice que escasean en Alemania.
Saludos para la Sra. Strunk y a todos mis hermanos. Buenos Aires ahora está más lindo que hace 10 años. Yo todos los días voy al dentista.
Muchos cariños y besos de mis hijos y de tu hija
Frida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario