Puerto Madryn, 25 de octubre de 1911.
¡Mis queridos!
Hoy ya me puedo sentar en mi escritorio y "charlar" con ustedes y les voy a contar todo detallado lo que pasó, pero solo lo deben leer personas casadas.
Era el 11 de octubre cuando recibimos de tarde la visita de una señora. Ella me traía tres preciosas camisitas de bebe que ella había hecho, un saquito y una batita muy elegante que mi bebe podría usar cuando tenga un año. Hay que ver la prolijidad con la que todas estas prendas estaban hechas y me emocioné mucho.
Después de cenar Else, Rudolf y yo hicimos un paseo y luego Rudolf se fue a trabajar al negocio.
Else y yo estábamos esa noche especialmente alegres. A las 10 hs.. me levanté para buscar algo y de repente me noto toda mojada . Yo me di un susto bárbaro y ni sabíamos lo que significaba aunque suponía que tendría que tener algo que ver con el nacimiento del bebe. Else y yo fuimos al dormitorio, preparamos mi cama y pensamos qué podríamos hacer.
Entonces le escribí unas líneas a Rudolf que venga a casa y traiga la partera. Else despertó a nuestro vecino y le pidió que le llevase ese mensaje a Rudolf que venga y trajera la partera.
De casualidad mi tesorito venía antes de la Anónima y no lo quería creer porque todavía no esperábamos el bebe. Pero enseguida fue a buscar el Doctor. A las 11 hs.. Rudolf apareció con el médico. Este se quedó una hora, yo ya sentía dolores. Se fue y regresó después de dos horas. Se quedó un buen rato pero se volvió a ir porque decía que había para rato.
Pasó la noche. A las 6 de la mañana los dolores eran muy fuertes. A las 9 hs.. Rudolf fue a buscar el médico. Este vino y con cada dolor me hacía masajes. Así siguió hasta las 3 de la tarde. Yo sufría lo indecible y a cada rato me daban champagne para mantenerme con fuerza. Pero qué pasaba, yo era muy estrecha y aunque yo hacía la fuerza que podía y el Dr. me ayudaba todo seguía igual. Yo tenía miedo por el bebe porque oí hablar al Dr. con Rudolf fuera del cuarto. Por fin a las cinco y cuarto llegó la señorita. Pero yo estaba al final de mis fuerzas.
Else me dijo, que no me imagino como sufrió conmigo y ¡qué alivio sintió cuando oyó llorar a la nena!
Lo primero que hizo Else fue sacar del agua las tenazas que pensaba usar el médico. Todavía veo la feliz cara de mi tesoro y decía: "¡Una nena!" El Dr. bañó a la nena y mientras Else la vestía, el doctor me cosió. El doctor se portó muy bien y le ayudó a Rudolf a cambiar la ropa de cama.
Yo en la cama con mi preciosa nena. Tenía la frente blanca y cachetes rosados. Pesó 3,5 kg.. Al día siguiente ya tomó el pecho y tengo mucha leche. Cada 3 hs.. le doy de mamar y siempre tiene apetito. Ojala se críe sana mi querida hijita. ¡Estoy chocha de ser mamá!
30 de octubre
Hasta aquí llegué. Mi maridito había ido a Trelew y regresó el mismo día porque corrió un tren extra.
Mi tesorito está feliz con su hijita y ella ya lo mira y sonríe. Mi maridito por haberle dado esta hijita cumplió con mi mayor deseo y me regaló un piano. Mi profesor de piano es holandés y viene de Trelew.
Madryn está progresando mucho. Todos los días vienen panaderos, carniceros, verduleros y lecheros en sus carros y van de casa en casa. La leche la reparte dos veces al día.
Acá ya hace bastante calor. ¿Saben lo que cociné el otro día? Porotos y papas y panceta ahumada y jamón fritos encima. Menos mal que todavía tengo papas porque por el momento no se consiguen.
El viernes 27 del corriente recibimos una carta de mi querida mamá del 27 de septiembre y la carta de Adele del 1º de septiembre. Mil gracias por ambas cartas.
¡Yo al leerlas pensaba si hubiesen sabido al escribirlas que yo leería las mismas con mi Elsita en la falda!
Me alegro querida mamá que terminaron con el trabajo del otoño. De vuestras papas quisiera tener y también de las peras.
Mi galería la tendrían que ver, es "un jardín de flores". ¡Todo florece y trepa! Me encantaría mandarles un pollito asado, ¡tengo tantos!
Espero poder mandarles pronto fotografías de Elsita. A ti, querida Bertha te envidio por las hermosas plumas de avestruz. Bueno por hoy basta, Elsita está llorando,¡ tiene hambre !
Muchos besos y cariño a todos de
Frida, Rudolf y Elsa.
Me olvidé de contarles que la Sra. Moritz me mandó un hermoso vestidito para Elsita, que hizo ella y la Sra. de Gómez de Punta Arenas un gorrito y dos pares de zoquetitos.
Otra cosa, acá tienen las señoras la costumbre que cuando uno tiene un bebé, todas vienen enseguida a felicitar y se extrañan que nosotros no acostumbramos hacerlo. Pero ahora, después de dos semanas y media que descansé están viniendo. Sin más otro beso de
Frida.
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